¿Qué por qué ganó Joe Biden la presidencia de Estados Unidos?
Por Guillermo Serrano, desde Washington, martes 19 de enero, 2021.
Porque no se votó por él en algunos estados, sino contra Trump y su retórica incendiaria. Y porque el Sr. Trump no fue capaz de dar un discurso convincente sobre la epidemia sanitaria que nos afecta.
En Arizona, cometió el error, Trump, de pensar que tenía el voto asegurado por aquello del Sheriff Joe Arpaio, el tristemente famoso agente anti-inmigrante que humilló a otros seres humanos abusando de su poder… olvidando que ahora, ese estado tiene votantes de descendencia hispana.
Y porque Trump no cree en un país, que, aunque diverso, cree y practica aquello de ser una nación unida bajo un marco legal (digamos, la Constitución). Y él, Donald Trump, cree que todas las instituciones y seres humanos solo están de paso aquí para servirlo y adorarlo solo a él.
Final para lo que parecía una dinastía que comenzaba, pero que no se pudo sostener. Y eso es bueno para los que creemos que las elecciones periódicas son un buen sistema para elegir a los que gobiernan políticamente y que no creemos en dinastías.
La Revista “Rolling Stone” (no confundir con el conjunto musical “The Rolling Stones”) de la que soy subscriptor (y algún día les contaré por qué) dedica la portada de Noviembre a una foto de Biden, en la que luce como estadista, para anunciar el respaldo de dicha publicación al candidato demócrata.
En su artículo de fondo, dicha publicación da 10 razones para ese apoyo, basadas en la plataforma del candidato Biden: (1) porque cree en la ciencia y está dispuesto a enfrentar con algún plan la amenaza del cambio climático; (2) piensa que hay que enfrentar y darla solución a la injusticia racial; (3) anuncia una protección legal al derecho de las minorías de estilos de vida diversos; (4) el intento de una política más justa en la cuestión emigratoria; (5) una reforma tributaria que sea más justa; (6) una expansión del sistema de cuidado de la salud (ya se maneja el término “BidenCare” que reemplaza el “ObamaCare” y que se puede traducir como “el cuidado de Biden”) que incluye un enfrentamiento de la pandemia sanitaria; (7) defensa de los derechos reproductivos de la mujer; (8) nombramientos de jueces que se apeguen al sistema lega y constitucional; (9) una reconstrucción de la democracia; y (10) una restauración del carácter nacional.
Se puede o no estar de acuerdo con todos o con algunos de esos puntos esbozados, pero debe reconocerse que por lo menos existe un derrotero, una guía por la cual se podrá juzgar la presidencia y el liderazgo de Joe Biden.
La ruta no estará exenta de dificultades y de los obstáculos que plantea el ejercicio de la política, además de las trabas y oposiciones de los republicanos que aún no creen que la reciente elección del 6 de noviembre fue legítima y sin el “amañamiento” en qué creen los fanáticos que buscan las conspiraciones esas, que alcanzan el nivel de historietas.
