Jannah Theme License is not validated, Go to the theme options page to validate the license, You need a single license for each domain name.
Nacionales

Rutilio Grande: El mártir de los desamparados

El 12 de marzo de 1977 ametrallaron en El Paisnal al sacerdote jesuita Rutilio Grande junto a dos de sus colaboradores. Eva del Carmen Menjívar, la hermana Evita, estuvo allí aquella noche. El asesinato, atribuido a la Guardia Nacional, ocurrió en el primer mes de Monseñor Romero como arzobispo.

“Vamos todos al banquete, a la mesa de la creación, cada cual con su taburete tiene un puesto y una misión”, es la frase con la que todo católico del municipio de Aguilares recuerda al padre Rutilio Grande García, y que además de ser parte de un cántico religioso y un emblema para su misión, está escrito en el lugar en el que su vida fue arrebatada.

Aunque el padre Tilo, como cariñosamente le decían, probablemente no era conocido hasta hace algunas décadas por muchos salvadoreños, para los pueblos de El Paisnal y Aguilares fue, desde su presencia en estas tierras, un pastor para los más pobres, los agricultores, los no letrados y los explotados laboralmente.

Rutilio Grande, nació un 5 de julio de 1928 en El Paisnal, hijo de Salvador Grande, quien fue alcalde de El Paisnal, y Cristina García, quien falleció cuando Rutilio tenía cuatro años.

Su vecina, María Gladys Tejada recuerda cómo desde pequeño, jugaba a ser sacerdote, a tal punto de comprar galletas que simulaban ser hostias para la comunión.

“El padre cuando estaba pequeño, de ahí por unos 15 años, ya comenzó eso que a él le gustaba eso del sacerdocio, ahí había un palo de mango, él daba misa y nosotros éramos las que estábamos con él ahí”, narró Tejada Oriundo del barrio San José, en El Paisnal, salió de su pueblo y entró en el seminario en 1941, y en 1945 se unió a la Compañía de Jesús, al finalizar el seminario menor.

El padre Rodolfo Cardenal relata en un documento que en 1951, Grande comenzó a trabajar en la formación del clero en el seminario nacional.

“Hasta 1971 fue el “padre prefecto del seminario”, una tarea en sí misma odiosa, por ser el responsable de la disciplina. Pero supo combinar las exigencias con la comprensión. No quería seminaristas sumisos a la autoridad, sino responsables y maduros”, añade en el texto referente a una conferencia de 2019.

La lucha por el pueblo.

El 24 de septiembre de 1972 es nombrado párroco de la parroquia El Señor de las Misericordias, en Aguilares, atendiendo al mismo tiempo el municipio de El Paisnal, regresando a las tierras que lo
vieron nacer.

Amanda de Cardona, amiga y confidente de Rutilio, recuerda en la época en la que Grande llegó a Aguilares, la iglesia estaba cerrada y en condiciones inapropiadas. El padre Grande le solicitó, a ella, ayuda en el trabajo pastoral.

“Y luego fuimos al convento a ayudarle a amueblar todo lo que ellos necesitaban, juego de comedor, sala, lo que necesitaban se les puso ahí, y era un equipo de cinco sacerdotes jesuitas, cuatro y el padre Rutilio eran cinco”, narró de Cardona quien fue nombrada por el sacerdote como secretaria del Consejo Parroquial.

Un ser humano sencillo

El padre Rutilio era amante de la limonada sin azúcar, pues era diabético, y de la carne y los huevos de iguana. Amanda de Cardona recordó que al padre también le gustaba el café hervido de jarros de barro.

“Cuando a él lo invitaban a las comunidades no se preocupaba la gente por hacer grandes banquetes; frijoles, plátanos, aguacate y tortillita recién sacadas del comal y café hervido, en jarros de barro, ahí le hervían porque eso sí le encantaba”, agregóDinora Lemus, hermana de Nelson Lemus (también futuro beato), puntualizó que el padre Grande era “todo amor” con los niños, y amigable, a tal punto que los niños eran siempre los primeros a los que se les servía la comida y él era el último en llenar su plato.

Precursor de desarrollo

El compromiso del padre Tilo con el pueblo era notable según de Cardona, porque además de ser humilde, estaba entregado a servir a los demás, denunciando también las injusticias plasmadas en el evangelio.

Rutilio creó la Federación de Campesinos Aguilarenses (FECAS) con el objetivo de ayudar a los campesinos, otorgando insumos gratis para el cultivo, evangelizando al mismo tiempo a las familias de la periferia de Aguilares y fuera de ahí.

El padre comenzó los festivales del maíz en el municipio de Aguilares, con el objetivo de que los agricultores aportaran su mejor cosecha, y al que llevara la mazorca más grande eran premiados.

Carmen Moreno, una aguilarense dedicada a la costura desde joven, indicó que Grande García acostumbraba a recoger dinero, y entregaba ropa a los niños, hechos por ella misma, también en las comunidades pobres acostumbraba a mandar a hacer tamales para aquellos que se acercaban a oír la palabra de Dios.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba